La gente suele juzgarme por como me visto o como llevo mi pelo, o los complementos que utilizo. Soy la niña rara que nadie se molesta en conocer. Pocos se paran a comprobar que sigo aquí, y que quizá merezca la pena. Es difícil seguir cuando no encuentras más que piedras en el camino, y gente que no se para a ayudarte, no pueden verme. O no quieren, quien sabe. A veces es complicado encajar en el puzzle si no tienes la misma forma que todas las piezas que lo forman.
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domingo, 8 de abril de 2012
Nada es lo que parece.
¿Me ves? Quizá para ti, con solo verme, sea fácil encasillarme. Me paso el día riendo, haciendo el tonto allá donde voy, cantando y bailando, con una sonrisa siempre puesta en la cara a modo de maquillaje perfecto. Puedes pensar, que soy como esas chicas que no se dejan llevar por la gente, que van a su bola, que incluso son fuertes e independientes. Te equivocas. No soy nada de lo que puedas apreciar a simple vista. Soy una chica de catorce años, insegura al máximo, infeliz, y me siento sola. Puede que no lo esté, al menos no del todo. Tengo insomnio. Siempre estoy pensando en todas las cosas que me rodean, dándome cuenta de que a lo largo de mi vida, he perdido más cosas de las que he ganado. Me gusta bailar hip hop y cantar. Cuando lo hago, soy yo misma, puede que sea así cuando me siento libre, es mi medio de expresión, me libera. Mi mejor amiga vive en la misma ciudad que yo, y no la veo desde hace meses. Mi madre no me deja verla. Se llama Yurena, tiene el pelo rojo, dilataciones en las orejas, y es muy alta. Cuando sonríe, siempre ladea la cabeza y luego se ríe. Sí, es perfecta. Mi mejor amigo se llama Carlos. Vive a diez minuto andando de mi casa, cerca de la playa. Tiene el pelo negro, una sonrisa encantadora y unos ojazos marrones que ya quisieran tener el resto de los mortales. Hace unas fotos impresionantes, y cada vez que se mueve, me hace sonreír. Él es increíble, no hay dos como él. Tengo otros amigos, como Vanne, Merce, Sonia, Nora y Soffie. Viven lejos, pero les tengo, supongo que eso es lo importante. No soy una chica que se asusta con facilidad, pero si que hay cosas de las que tengo miedo. Tengo miedo a la soledad, a enamorarme, a escuchar un "no te quiero" de su boca y a mi padre. Soy invisible, para casi todo el mundo de mi alrededor. Nadie se para a preguntarme que quiero, que no quiero, que me gusta, y que no. Pero, siempre cuentan conmigo a la hora de criticarme, sacarme defectos y acomplejarme. Irónico, ¿no crees?
La gente suele juzgarme por como me visto o como llevo mi pelo, o los complementos que utilizo. Soy la niña rara que nadie se molesta en conocer. Pocos se paran a comprobar que sigo aquí, y que quizá merezca la pena. Es difícil seguir cuando no encuentras más que piedras en el camino, y gente que no se para a ayudarte, no pueden verme. O no quieren, quien sabe. A veces es complicado encajar en el puzzle si no tienes la misma forma que todas las piezas que lo forman.
La gente suele juzgarme por como me visto o como llevo mi pelo, o los complementos que utilizo. Soy la niña rara que nadie se molesta en conocer. Pocos se paran a comprobar que sigo aquí, y que quizá merezca la pena. Es difícil seguir cuando no encuentras más que piedras en el camino, y gente que no se para a ayudarte, no pueden verme. O no quieren, quien sabe. A veces es complicado encajar en el puzzle si no tienes la misma forma que todas las piezas que lo forman.
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